"¡Internet es el futuro!"
¿Quién no ha escuchado esto alguna vez? Una afirmación muy cierta para principios del Siglo XXI, que en poco más de diez años ya ha quedado obsoleta. Internet YA es el presente. Y en el mundo de la prensa se pueden comprobar los efectos del salto al mundo digital. El porcentaje de personas, especialmente entre los más jóvenes, que consumen información por internet es cada vez mayor, al tiempo que los medios tradicionales se ven obligados a pasar de la fase contemplativa en la que evaluaban cómo crecía su nuevo competidor a un estado en el que buscan alternativas con las que subsistir, aliándose con él o explorando nuevas posibilidades para ofrecer a su público. Internet ya es el medio de referencia para millones de personas, ofreciendo información por una multiplicidad de canales y abarcando toda la amplia variedad de medios existentes.
No obstante, el mencionado salto digital al que se enfrentó la información fue, en la mayoría de ocasiones, un salto al vacío en el que muy pocos han conseguido salvarse de la estrepitosa caída y han aterrizado suavemente en una confortable red de seguridad. Las empresas periodísticas se apresuraron a cubrir todas las posibilidades que ofrecía ese nuevo instrumento que era internet, pero una vez lo hicieron se percataron de que estar ahí no era suficiente, había que mantenerse. Si internet iba a ser el nuevo medio hegemónico, deberían asegurarse de que es capaz de mantener la actividad periodística de forma profesional como los otros medios hicieron antes. Y aquí surge el problema, ya que, con toda la célebre importancia que poseen los flujos de información en internet, la prensa online sigue sin ser a día de hoy un modelo de negocio rentable. La publicidad se demuestra incapaz de mantener los costes de un medio digital, lo cual revierte en un empeoramiento de la calidad de la información al tiempo que en el uso de técnicas cada vez más agresivas por parte de la publicidad en internet. Por si esto fuese poco, la cultura de lo gratuito que impera en la red global amenaza también a las empresas periodísticas, ya que existen numerosos blogs que compiten con ellas ofreciendo noticias de forma gratuita, aunque exentas de toda profesionalidad.
Ante este complicado contexto, cabe por lo menos un "¿ahora qué?". Una vez el periodismo 2.0 está consolidado, tenemos que avanzar un paso más en la búsqueda de un modelo que permita la supervivencia del periodismo profesional. La exclamación esperanzada y enérgica "¡Internet es el futuro!" deja ahora paso a una desolada y cargada de incertidumbre pregunta:
¿Qué modelo de negocio resulta más válido para el periodismo en internet?
Las respuestas se están conformando actualmente poco a poco, y puede que estemos lejos de conocerlas, pero por ahora podemos observar las nuevas posibilidades que se están explorando.
El modelo más extendido, el de la publicidad, se ha demostrado, como ya he mencionado antes, claramente ineficaz. En un principio parecía lo más obvio, y se impuso el sistema de los clicks, por el que por cada click que se hiciera desde un diario digital una pequeña cantidad era dada por el anunciante. No obstante, es un método que genera un cierto rechazo por parte de los lectores, que tienden a ignorar la publicidad, ya sea de modo consciente o inconsciente. Es por ello que las formas de la publicidad se han diversificado y exagerado hasta resultar todavía más molestas. Enormes ventanas emergentes que debes cerrar porque tapan toda la información, banners publicitarios que se mueven al tiempo que tratas de deshacerte de ellos, anuncios con un sonido molesto incapaz de ser silenciado, pop-ups que inundan hasta desbordar tu pantalla... todos hemos sufrido al menos alguno de los ejemplos de entre esta galería del incordio.
Para tratar de adaptar la publicidad de modo que sea lo menos molesto posible, lo más habitual es recurrir a la publicidad selectiva. Los medios digitales asocian a un determinado contenido un anuncio que tenga relación con el mismo. Algunos sistemas son simples, y se basan simplemente en introducir anuncios de acuerdo a unas palabras clave que se encuentren en un artículo. Otros sistemas poseen mayor ingenio, como el de algunas páginas dedicadas a la crítica de contenido cultural, que enlazan al final de sus artículos a un establecimiento donde se vende la obra que han criticado y con el que han pactado previamente llevarse un pequeño porcentaje de los beneficios que lleguen vía online. También se ha ideado un método por el que el propietario del medio enlaza diferentes palabras clave de un artículo a un anuncio relacionado. Esto podría generar en una falta del libertad para el periodista, que podría verse obligado a incluir determinadas palabras en su artículo en función de lo que la publicidad contratada precise. Sin embargo, pese a los éxitos que estos sistemas pudiesen conseguir frente a la publicidad tradicional de internet, siguen sin dar beneficios como para hacer rentables los medios digitales, y principalmente esto es debido al enorme rechazo social que genera y que provoca que la mayoría de los internautas ignoren todo contenido publicitario.
Lo que es seguro es que un modelo de pago total, en el que se necesita el pago de una suscripción para acceder a todo tipo de contenido, resulta inviable ya que choca de pleno contra la muy extendida y mencionada cultura de gratuidad en internet. Y no es que no hayan existido intentonas. Sin ir más lejos, el multimillonario Rupert Murdoch vaticinó de forma visiblemente equivocada(por ahora) que la gratuidad en internet se iba a acabar tarde o temprano, de modo que hizo que la página del diario inglés The Times así como la dominical, The Sunday Times, fuesen de pago. El resultado: de 22 millones de usuarios a 200.000 en una semana.
El modelo de pago total está descartado, pero el pago parcial avanza muy favorablemente. De acuerdo a éste, se pagan sólo una parte de los contenidos mientras que la mayoría siguen siendo de libre acceso. Una de las formas en que surge este modelo de negocio es el metered system, que The New York Times ha establecido en 2011, y por el cual se puede acceder al contenido de forma libre hasta un límite. Cuando has visto un determinado número de páginas se vuelve obligatoria la suscripción, y con ella, obviamente, el pago.
Pero el negocio que parece resultar más rentable y poseer por ello más expectativas de futuro es el que se basa en el pago de una suscripción por la que se accede a material exclusivo, que está apartado de los contenidos comunes, los cuales se mantienen gratuitos de acuerdo a la mentalidad que prevalece en internet. En los últimos años numerosos medios digitales han adoptado este método pero uno de los pioneros y quien puso de relevancia sus posibilidades de negocio fue Politico.com, página que empezó narrando sucesos de la vida política en Washington y que aplicó esta fórmula restringiendo los contenidos relacionados especialmente con tecnología, energía y salud, registrando con ello en poco tiempo un margen de beneficios de casi el 30%.
En España este modelo es visible parcialmente en eldiario.es, un medio digital sin soporte en papel que se financia por publicidad y en parte por los socios. Estos socios, además de recibir acceso a contenidos adicionales, obtienen la posibilidad de participar de forma destacada en los comentarios y el feedback de la página y se benefician de descuentos y promociones. Otro modelo español sería el de La Marea, periódico financiado a través de la cooperativa MasPúblico(llamada así por estar conformada por periodistas despedidos de la desaparecida edición en papel del diario Público). La página web de este medio se financia totalmente por aportaciones de los socios y los usuarios de la información(no resulta así la recién creada edición impresa, que tiene publicidad), que de esta forma consiguen mantener un medio que les resulta afín y, dependiendo de la cantidad aportada, pueden optar a participar en las reuniones de la cooperativa. Se estudia también que en un futuro tengan derecho estos socios a participar de una forma especial en la web, aunque poco se ha especificado al respecto.
Los modelos son muchos y diversificados, pero independientemente de cuál se esté imponiendo ahora, sólo el paso del tiempo podrá indicarnos qué modelo prevalece sobre los demás y consigue finalmente convertir la prensa digital en un negocio rentable.
El modelo más extendido, el de la publicidad, se ha demostrado, como ya he mencionado antes, claramente ineficaz. En un principio parecía lo más obvio, y se impuso el sistema de los clicks, por el que por cada click que se hiciera desde un diario digital una pequeña cantidad era dada por el anunciante. No obstante, es un método que genera un cierto rechazo por parte de los lectores, que tienden a ignorar la publicidad, ya sea de modo consciente o inconsciente. Es por ello que las formas de la publicidad se han diversificado y exagerado hasta resultar todavía más molestas. Enormes ventanas emergentes que debes cerrar porque tapan toda la información, banners publicitarios que se mueven al tiempo que tratas de deshacerte de ellos, anuncios con un sonido molesto incapaz de ser silenciado, pop-ups que inundan hasta desbordar tu pantalla... todos hemos sufrido al menos alguno de los ejemplos de entre esta galería del incordio.
Para tratar de adaptar la publicidad de modo que sea lo menos molesto posible, lo más habitual es recurrir a la publicidad selectiva. Los medios digitales asocian a un determinado contenido un anuncio que tenga relación con el mismo. Algunos sistemas son simples, y se basan simplemente en introducir anuncios de acuerdo a unas palabras clave que se encuentren en un artículo. Otros sistemas poseen mayor ingenio, como el de algunas páginas dedicadas a la crítica de contenido cultural, que enlazan al final de sus artículos a un establecimiento donde se vende la obra que han criticado y con el que han pactado previamente llevarse un pequeño porcentaje de los beneficios que lleguen vía online. También se ha ideado un método por el que el propietario del medio enlaza diferentes palabras clave de un artículo a un anuncio relacionado. Esto podría generar en una falta del libertad para el periodista, que podría verse obligado a incluir determinadas palabras en su artículo en función de lo que la publicidad contratada precise. Sin embargo, pese a los éxitos que estos sistemas pudiesen conseguir frente a la publicidad tradicional de internet, siguen sin dar beneficios como para hacer rentables los medios digitales, y principalmente esto es debido al enorme rechazo social que genera y que provoca que la mayoría de los internautas ignoren todo contenido publicitario.
Lo que es seguro es que un modelo de pago total, en el que se necesita el pago de una suscripción para acceder a todo tipo de contenido, resulta inviable ya que choca de pleno contra la muy extendida y mencionada cultura de gratuidad en internet. Y no es que no hayan existido intentonas. Sin ir más lejos, el multimillonario Rupert Murdoch vaticinó de forma visiblemente equivocada(por ahora) que la gratuidad en internet se iba a acabar tarde o temprano, de modo que hizo que la página del diario inglés The Times así como la dominical, The Sunday Times, fuesen de pago. El resultado: de 22 millones de usuarios a 200.000 en una semana.
Hoy en día puedes visitar The Times sin pagar ni un céntimo |
El modelo de pago total está descartado, pero el pago parcial avanza muy favorablemente. De acuerdo a éste, se pagan sólo una parte de los contenidos mientras que la mayoría siguen siendo de libre acceso. Una de las formas en que surge este modelo de negocio es el metered system, que The New York Times ha establecido en 2011, y por el cual se puede acceder al contenido de forma libre hasta un límite. Cuando has visto un determinado número de páginas se vuelve obligatoria la suscripción, y con ella, obviamente, el pago.
Pero el negocio que parece resultar más rentable y poseer por ello más expectativas de futuro es el que se basa en el pago de una suscripción por la que se accede a material exclusivo, que está apartado de los contenidos comunes, los cuales se mantienen gratuitos de acuerdo a la mentalidad que prevalece en internet. En los últimos años numerosos medios digitales han adoptado este método pero uno de los pioneros y quien puso de relevancia sus posibilidades de negocio fue Politico.com, página que empezó narrando sucesos de la vida política en Washington y que aplicó esta fórmula restringiendo los contenidos relacionados especialmente con tecnología, energía y salud, registrando con ello en poco tiempo un margen de beneficios de casi el 30%.
En España este modelo es visible parcialmente en eldiario.es, un medio digital sin soporte en papel que se financia por publicidad y en parte por los socios. Estos socios, además de recibir acceso a contenidos adicionales, obtienen la posibilidad de participar de forma destacada en los comentarios y el feedback de la página y se benefician de descuentos y promociones. Otro modelo español sería el de La Marea, periódico financiado a través de la cooperativa MasPúblico(llamada así por estar conformada por periodistas despedidos de la desaparecida edición en papel del diario Público). La página web de este medio se financia totalmente por aportaciones de los socios y los usuarios de la información(no resulta así la recién creada edición impresa, que tiene publicidad), que de esta forma consiguen mantener un medio que les resulta afín y, dependiendo de la cantidad aportada, pueden optar a participar en las reuniones de la cooperativa. Se estudia también que en un futuro tengan derecho estos socios a participar de una forma especial en la web, aunque poco se ha especificado al respecto.
Los modelos son muchos y diversificados, pero independientemente de cuál se esté imponiendo ahora, sólo el paso del tiempo podrá indicarnos qué modelo prevalece sobre los demás y consigue finalmente convertir la prensa digital en un negocio rentable.
Buenas tardes,
ResponderEliminarInternet ha abierto nuevas puertas al Periodismo, pero al mismo tiempo puede ser un suicidio para este. Lo primero que debemos preguntarnos es si la información tiene un valor, un precio, o es algo que debe ser gratuito en cualquier circunstancia.
El Periodismo digital ofrece muchas ventajas al escritor y al lector. Permite actualizar la información en poco más que un instante, llegar a un mayor número de personas o enterarse de la actualidad a través de las redes sociales.
Personalmente, el modelo de negocio que debería tener el Periodismo es el gratuito en su totalidad. Por supuesto, esto es inviable y peligroso, por lo que teniendo que elegir mi opción sería un modelo donde el usuario financia al periódico mediante una cuota. Este sistema que se utiliza con El Diario o InfoLibre abre muchas posibles al cambio del periodismo.
En cualquier caso, estamos ante tiempos convulsos en los que la esencia del Periodismo y la Red están cambiando, en poco tiempo veremos nuevos paradigmas que revolucionarán lo actual.
Uh, este es un buen artículo. Muy esclarecedor, y muy nieb escrito también. Se nota que eres escritor.
ResponderEliminarTras esta sesión de peloteo, queda comentar que dentro de los sistemas de suscripción, pagando por contenido exclusivo, te has dejado uno que al menos, luce bastante bien. Es el modelo de "Orbyt", propio de medios como "El Mundo" o "Marca", entre otros (y no es demasiado caro):
http://elmundo.orbyt.es/estaticas/promociones/2011/06/orbyt/index.html
PD: Aprovecho para comentar a nuestros compañeros de blog, que aparte de por afición, este blog es un trabajo como tal para la universidad, y se nos exige comentar en cada entrada (aunque sean dos frases). Llamo a vuestra responsabilidad, los que queden por comentar en alguna entrada, idlo haciendo ya. Que se nos va la nota en estas tonterías...
Corrijo mi fallo en la primera línea: "bien", en vez de "nieb". Esto me pasa por escribir rápido... jejeje.
EliminarInternet lo ha engullido TODO. Por engullir, nos ha engullido a nosotros, que estamos comentando en un blog que sin Internet no existiría. Esto es así. No voy a ser hipócrita, y voy a decir lo que pienso: el papel no tiene los días contados, pero ahora mismo es más apetecible la idea de interesarse por lo que está pasando en el mundo con un simple clic que bajar al estanco y gastar el euro de rigor. La tecnología, como ha ocurrido con todo, ha extendido su pesada red en el periodismo. Estoy de acuerdo con Óscar: no hay que verlo como algo malo, más bien previsible. A fin de cuentas, la comodidad, la rapidez, el amplio mundo de posibilidades... las comparaciones son odiosas, señores. Lo que urge es crear un modelo negocio que sea factible y realista. Ahora mismo, muy pocos diarios sobreviven con la página web en Internet. El modelo de suscripción me parece el correcto y el más loable. Tienes todos los contenidos y todo lo que quieras saber a tu alcance de forma gratuita (como debe ser: la información debe llegar a los ciudadanos sin coste alguno), pero a cambio de un pago accedes a servicios exclusivos. Es cierto que sería maravilloso que todo fuera gratuito, pero un contexto económico como el que nos encontramos, donde el dinero y los ingresos lo mueven todo... no es viable. De momento, estaría bien empezar así.
ResponderEliminarPor otra parte tengo que decir que es una auténtica pena que la tecnología esté acabando con la prensa en papel. El precio del progreso es alto. Dentro de unos cuantos años (aún queda cuerda para el formato), añoraremos los años en los que íbamos de la mano con cualquier familiar al kiosco más cercano, que estaba lleno de periódicos de distintas y variadas empresas e ideologías. No pasa nada, en realidad nunca morirán. Bastará con hacer clic en el móvil, la tablet, el Iphone...
Opino que, otra vez (lo veo en el comentario de Javier), estamos topándonos aquí ante una postura que no comparto porque considero totalmente equivocada... "El periodismo siempre debería ser gratuito"... ¿Por qué, exactamente? Ni en un mundo utópico el periodismo debe ser gratuito. En primer lugar, porque los periodistas, como cualquier otro ser humano, tienen que comer, y si te beneficias de su trabajo, tienes que pagarlo. Y en segundo lugar porque, como ya discutimos en su día, precio y valor no son lo mismo, pero la gratuidad absoluta hace que le quitemos muchísimo valor a las cosas que tenemos. Eso es un hecho indiscutible.
ResponderEliminarEn cuanto a los modelos, como comenta Salva, te dejas Orbyt, que si bien no es santo de mi devoción (soy suscriptor de El Mundo y sé los muchos problemas que da), es un modelo barato y, a priori, muy interesante. Por otro lado, la financiación mediante la publicidad no es mala idea, siempre que estemos dispuestos a sufrir ésta. Y si no, siempre queda el modelo intermedio: publicidad si accedes a la información de forma gratuita; ausencia de publicidad (y contenidos adicionales) si la pagas. Alejándonos de lo que es el periodismo, es el servicio que ofrecen por ejemplo programas como Spotify, y que me parece muy acertado.
Por otra parte, en cuanto al eterno debate de si el periodismo escrito permanecerá... Sí, estoy de acuerdo con Pablo en que Internet ha engullido todo. Pero no por eso va a provocar que los modelos tradicionales desaparezcan. Hay modelos periodísticos, como aquellos de periodicidad menos frecuente (las revistas, básicamente) que van a seguir existiendo en papel siempre, porque el papel es un soporte en el que prima la calidad y el rigor por encima de la inmediatez, la cantidad y, sobre todo, el bajo coste. E igual que van a sobrevivir los libros en papel, conviviendo con libros electrónicos, siempre existirán las revistas en papel, conviviendo con sus homólogas digitales.
Por último, recordar a mis compañeros que ciertamente, los comentarios forman parte de la nota, pero que no nos agobiemos ahora en el último momento cuando prácticamente nadie ha estado comentando al día en las últimas nueve semanas...
Jorge Lázaro
Es un poco triste que con el gran avance de internet se hayan perdido los periódicos tradicionales, y lo digo como si fuera un hecho constatado. Muy poca gente compra los periódicos habitualmente (me baso en dos kioskos, cuyos dueños son amigos de mi familia), la gente los ha sustituido por leer las noticias en internet, relegando la compra de periódicos habitualmente a hacerlo de forma esporádica. De hecho mi padre, ha dejado de comprarlo, no sólo por la alternativa de internet sino por la falta de objetividad; aunque ese es otro tema.
ResponderEliminarSin embargo, internet como bien dice mi compañero Jorge prima la inmediatez y por ello la falta de contraste de fuentes y de rigor informativo. Pero, en el periodismo escrito, ya sea cualquier medio en mi modo de ver el rigor informativo ya se perdió hace tiempo, cada periódico tiene sus intereses e incluso los propios redactores escriben encorsetados. La pregunta que me planteo es, ¿No puede haber webs con el mismo rigor o más que la prensa escrita? Si eso sucediera pocas ventajas tiene el papel contra lo digital, creo que la prensa escrita está siendo delegada cada vez más a nostálgicos que no quieren perder sus tradiciones y con eso sólo no puede ser sostenible.
Estoy de acuerdo en que el rigor informativo se perdió hace tiempo, y cada día más. De hecho, todos sabéis que soy un hater del periodismo actual, a pesar de (o precisamente por) lo que estoy estudiando con vosotros. Así y todo, quiero hacer constar como breve apunte que yo "compro" el periódico a diario, pues estoy suscrito a El Mundo (antes lo estaba también a El País, pero me parecía estúpido derrochar el dinero suscribiéndome a dos publicaciones que son, en esencia, idénticas), y si bien no lo leo de pe a pa, siempre lo hojeo y me leo las noticias principales (cosa que no hago con los digitales). ¿Por qué? Porque considero que es mi deber, y el de todo periodista, hacerlo. Y si no puede hacerse a diario... Sí de vez en cuando. Una vez a la semana, al menos, comprarse un periódico, que no se nos van a caer los anillos, ni nos vamos a arruinar, por ello.
ResponderEliminarEs cierto que el periodismo digital debe buscar formas para conseguir financiación (y a ser posible nada de pop-ups, ni banners ni cosas raras, por favor), y estoy de acuerdo en que algunas secciones de los periódicos puedan ser de pago, ya que, como decía Jorge, los periodistas tendrán que comer de algo y, si todos los trabajos se pagan, ¿por qué el periodismo, del que nos beneficiamos a diario, no debe ser cobrado?.
ResponderEliminarUna forma de financiar el periodismo digital - y que no sé si ya existe- sería a través de donaciones. No te obligan a pagar por lo que lees, pero si te gusta ese medio y quieres que tenga la posibilidad de seguir adelante, ayudar con un poco de dinero al mes o al año (totalmente voluntario) no hace daño a nadie. Aunque puede que alguien ya haya inventado esto...o lo hayáis explicado ya y yo no me haya enterado...
La financiación del periodismo digital es el gran reto de nuestra profesión para este futuro cercano. La industria de la música, por ejemplo, está adaptándose a este mundo a marchas forzadas; ya le ha costado mucho tiempo y dinero luchar contra Internet y ahora paga el pato...
ResponderEliminarSerá interesante ver qué pasa en un futuro. Futuro en el que, por cierto, nosotros seremos los protagonistas.
Gracias por alabanzas y también por críticas. Es cierto que me olvidé de Orbyt, mea culpa. Conozco el sistema apenas por su existencia, pero no recordé ponerlo por el artículo. La verdad es que es algo interesante que podría haber enriquecido el texto.
ResponderEliminarRespecto al pequeño debate que se ha generado sobre prensa escrita versus prensa digital, la verdad es que no veo que sean incompatibles. Tal vez cada uno deba buscar la vía que conduzca a su supervivencia, tal y como la radio sigue existiendo a pesar de la televisión. Quizá internet deba encontrar su sitio en el que prime las noticias más inmediatas, la información al instante, mientras los periódicos ofrezcan análisis más exhaustivos e informaciones más profundas. No obstante, la vía que sigue ahora el periodismo parece ser buscar la superficialidad en cualquier medio, cosa que veo un error, pero no por ello deberíamos dejar de apoyar a la prensa papel tal y como Jorge indica. Si no lo hacemos, desaparecerá y no le habremos dado la oportunidad a, por así decirlo, resarcirse.
Lo que verdaderamente me pregunto es... ¿nadie se ha percatado de que ahora todo-o-o-ó está fuera de con-troll?
Junto a los digi... No, ahora enserio, creo que decir que la prensa digital desbancará por completo a la escrita es una locura. A mi todo esto me recuerda un poco a los telediarios, que con su nulo coste y mayor inmediatez (alguna vez incluso se interrumpe la programación para dar una información importante de última hora), brevedad, y la capacidad de incorporar a la noticia extras como el vídeo, no acabaron con la prensa escrita. También es cierto que el impacto de Internet para el modelo impreso ha ido mucho más allá, ya que de algún modo "plagia" la estructura y apariencia de un periódico convencional, como intentando sustituirlo deliberadamente.
ResponderEliminarPor otro lado, hablando de la prensa digital, y más en concreto de su gratuidad,estoy de acuerdo con que debería ser parcial y pagarse una cuota de suscripción para acceder a determinados contenidos. Sobre la rentabilidad de este modelo únicamente puedo especular, pero no ha ido tan mal. La publicidad no es tan rentable aquí como en otros medios, para bien o para mal, y la financiación del periodismo en su mayoría es y debe ser privada ¿no? Y como tal tendrá que obtener beneficios.
Ya para finalizar simplemente puntualizo que todo el mundo se queja y lloriquea por el daño que le han hecho los blogs gratuitos al periodismo y todo eso, y nadie piensa en que también pueden ser un medio para el periodismo alejado, precisamente, de los medios. Imaginación al poder. Aunque una de las mayores pegas que le veo al desarrollo del periodismo exhaustivo en Internet es el propio soporte, sobre el cual no se pueden leer cómodamente largos textos en profundidad.
Es un poco desconcertante ver como el periodismo evoluciona hacía una dirección poco clara. Es verdad que Internet engulle todo, pero, ¿a qué precio?...La idea de periodismo 2.0 y tal me gusta y mucho. Y creo que de esta manera el periodismo sí puede dar un paso adelante en cuanto a importancia y disponibilidad se refiere. Mi miedo llega cuando aparece ese invento llamado publicidad y que parece dominar también a aquel que hemos dicho que ha acaparado con todo, Internet. No me fío de la publicidad, para nada, y creo que de ella depende que esta nueva dirección que parece ya asentada en el periodismo, sea beneficiosa o perjudicial para el mismo. Esperemos que como con todo, se pueda conseguir un equilibrio en el cual el desarrollo de la profesión periodística se vea libre de cargas comerciales y económicas, y con ello loable económicamente hablando.
ResponderEliminarYo no tengo demasiado que decir al respecto del tema. Muy bueno el artículo, eso sí.
ResponderEliminarAun así, me gustaría dar mi opinión al respecto de un tema: la prensa digital va a matar a la impresa. Eso es un hecho. Pero ojo, no por completo, sino a la prensa digital tal y como la conocemos ahora. En mi opinión está claro que la forma en la que los medios impresos solían informar hasta ahora está siendo absorbida por los medios digitales. La inmediatez manda, y cuando el lector lo que quiere son los datos, mejor cuanto antes.
Sin embargo, esto deja abierto un nicho de negocio: el análisis en profundidad, los artículos largos. En resumen: la minuciosidad. Si los medios digitales son líderes en cuanto a inmediatez, para mí está claro que los impresos acabarán siéndolo en minuciosidad. Tendrán que adaptarse, y no limitarse a informar, sino a explicar, y a extenderse. En este sentido, coincido con Alba.
No sé, lo mismo he dicho un puñado de gilipolleces.
Buenas noches!